lunes, 4 de febrero de 2008

Bugambilia


Mortimer solía recogerse en una esquina de su habitación. Desprendía tanta negrura de su alma que la esquina llegó a oscurecerse con los años siluteando así a Mortimer abrazando sus rodillas. Mortimer creía encontrar algo de calor allí; Sentía el abrazo fantasmal de la soledad, convenciéndose así de tener cierta compañía en sus pensamientos, incluso sentía unas manos frías que le frotaban la espalda como diciéndole -tu y to siempre estaremos juntos-, la única frase que hacía sonreír al pobre Mortimer. Su cuerpo parecía no pesar, no era una sensación de flotar, sino de estar hueco, vacío, sin alegría pero también sin dolor, por unos instantes Mortimer no sentía nada, no hacía ni frío ni calor, sólo hacía Mortimer. Dejar de existir en éste mundo es la mejor manera que encuentro para expresar esa sensación, dejar de existir, dejar de sufrir y durante un breve momento, poder dejar de amar tanto.

Desde su rincón, la vacía esquina, Mortimer descubrió su universo, las sombras/enredadera que trepan desde el rincón opuesto hasta él por toda la pared hasta envolverle, abrazarle, en simbiosis, matando al hombre para convertirle en sombra y ser eterno. Mortimer no existía como tal en su universo, era una sombra que nadaba en los lagos/espirales púrpuras, se ahogaba y moría y renacía más sombra todavía, encontrando así una nueva manera de sentir; Su cuerpo no sentía tacto alguno más que la sensación de sus venas rozando lo etéreo y por fin dejó de sentir dolor físico; Sus ojos se hundieron dentro de las cuencas y observar así la tristeza del cuerpo humano; Dejó de oir para sentir puramente; Las sensaciones pasaron a ser sus sentidos.

Mortimer podía convertirse en flores de sombra que se desplazaban por la pared.


Mortimer sonreía mientras un hilo de oscura y apestosa baba empapaba su cuerpo desnudo; Había perdido toda la pigmentación, ni ojos, ni cabello ni piel tenían color alguno. Mortimer era una sombra y nada pudimos hacer por él. Pasa el resto de sus días ausente en una habitación interno en un centro psiquiátrico, pero yo se que es feliz siendo una oscura bugambilia trepando por la pared.

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