martes, 16 de septiembre de 2008

La mirada del cordero degollado Pt. Ut.


-Ya nada puede hacerme daño- me digo a mi mismo mientras sostengo un horrible vaso de plástico lleno de ... parece whisky. No hay nada en esta vida que me impresione o me joda. Llega un punto en la vida de un policía en el que sólo cabe esperar la muerte; Toda una vida malgastada en lo más profundo de la crueldad humana, saber que todo el mundo es sospechoso de haber cometido algo horrible, sólo te deja morir durante tu turno o volverte completamente loco y empezar a disparar a todo imbécil que se ponga por delante y purgar este puto mundo de mierda. Si aún eres un honrado policía, un funcionario del orden que entiende la vitalidad de tu trabajo ¿Qué te queda? Nada, sólo esperar la muerte.

Miles de miradas vacías me persiguen. Cadáveres como corderos y pollos, ya no existen muertes humanas en mi mundo, sólo carne y sangre, los nombres son sólo una categoría dentro de la estúpida manía que obliga a los hombres a catalogarlo todo, ordenar el mundo, ser Dios. Y los ojos vidriosos me persiguen, me persiguen porque aún debo creer en mi trabajo supongo. Por mucha mierda que vea cada día, mi profundo deseo de dejar de verla, de limpiar las calles, de ayudar a los necesitados, de ofrecer esperanza para un mundo mejor me sensibiliza de esta macabra forma: Los ojos me persiguen.

No hay señal del carnicero, ya han pasado tres meses. Ninguna pista, ninguna muerte tan cruel, nada, nada, nada. Desde cierto punto de vista podemos estar tranquilos "El carnicero no ha vuelto a matar, que alivio, ya podemos salir sin temor". No. El único punto de vista es que ese hijo de puta sigue suelto y si le ha cogido el gustillo de matar, volverá. Pero claro, después de tanto tiempo ¿Dónde estás carnicero, por qué no sales de caza, no es el momento, no has podido y, y si sólo ha sido una vez, para probar, un ataque de rabia? Si ha sido una sola vez, no hay nada que hacer por el momento. Uno se plantea qué puede llevar a una persona a levantarse un día con la idea de "Hoy creo que voy a matar a alguien, pero sólo hoy"; Este es un mundo difícil de entender, un mundo sucio, lleno de callejones oscuros del alma, de traumas, de secretos, de instintos feroces; Un mundo de mierda.

El whisky este no me llena. Creo que voy a probar algo distinto esta noche. ¿Será esto lo que pensó el carnicero?

Probemos.