martes, 22 de abril de 2008

Across the Universe

Aún me atormenta en sueños. Me dice que me ama y nos ahogamos juntos en océanos de lágrimas y dolor reprimido, abrazados hasta el fondo del abismo que abrimos con nuestro egoísmo, miedo y despecho. Nunca he sido tan feliz al morir.
Aún espero su voz en mi nuca, moviendo mi cabello como espigas al viento en un prado de felicidad eterna, susurrando besos que recorren mi espina, liberando nuestras almas hasta los confines del infinito. El tacto fantasma de sus manos se tatuó en mi piel y jamás lo olvido, cálido, tierno, paraíso. Su mirada infinita a la que aún me abrazo cuando no puedo soportar el frío en el que vivo.
Aún siento mi latir sollozar cuando pienso en ella, mis venas gritar y mi estómago encogerse hasta el tamaño de un guisante. Abro las brazos en sueños esperándola, ansiándola con toda mi voluntad; Mis nervios tensos, brazos fríos llenos de impotencia, brazos que un día me arrancarán el corazón para dejar de sufrir.
Cuando sueño, ella está junto a mi, abrazados en uno, formando una nueva estrella en el firmamento, amándonos con el todo a nuestro alrededor; Es al despertar, al vivir, cuando muero.
Soñaría eternamente para fundirme por siempre en tus besos.

domingo, 6 de abril de 2008

Paracetamol, cigarrillos y lágrimas


Los domingos son sólo aquellos días donde la soledad de mi alma es aún más visible. Sólo son unos días donde el silencio de las voces amigas inunda las horas. El sol parece despertar con resaca los domingos, cansado, tenue, pálido. Un domingo el sol nos vomitará encima.
La semana se apaga, el mundo funciona a media velocidad y acumulo tensión y desasosiego. Los domingos son días de abrazos perdidos, de besos olvidados, de caricias que han dejado de vivir para ser recuerdos estáticos como las fotografías. Los domingos reviso mi vida y esas fotos; Fotos de amor y tiempos felices de domingos que eran sábados, tiernos, llenos de ilusión, grandes esperanzas y ternura. Domingos de sonrisas y miradas en las que se pierden las ideas, miradas que son lagos en los purificar las almas, miradas que te abrazan prometiendo no abandonarte nunca.
Malditos domingos de paracetamol, cigarrillos y lágrimas.
Añoro tanto los segundos sábados perdidos en la cama.