lunes, 25 de agosto de 2008

La mirada del cordero degollado. Pt 1


Una única mirada basta para perderse en un mar de ideas, un océano de sentimientos y un universo de sentidos. En las miradas podemos leer, si prestamos la suficiente atención, el pasado y el presente de una persona e incluso, con ayuda de la perspicacia, su futuro inmediato.

Hay miradas que pesan, que destruyen, que apuñalan, que se te comen, que te follan, que te atraviesan; Hay miles de miradas pero sólo aquellas que no transmiten absolutamente nada son las peligrosas. Miradas vacías, obscuras, sin vida, miradas que se pierden en el infinito de la condición humana. Claro está que si la mirada pertenece a un cadáver, entonces no hay demasiado que temer.

Teníamos a un desgraciado apuñalado y desviscerado; Una orgía de órganos y sangre, vómitos y demás guarradas con las que Dios nos llenó el puto cuerpo. Ni la cabeza estaba entera, aún no habíamos encontrado la mandíbula. Cuando el forense alzó aquella cabeza sin mandíbula no pude evitar la muletilla aquella de "Ser o no ser"; Los años que llevo en esto han matado todo sentido de respeto por la muerte. Normalmente, por ser la zona en la que encontramos el cuerpo, vemos "corbatas colombianas", "cortes argentinos", etc, muertes con suma violencia pero no con tanta ... cólera animal. Un cuerpo hecho pedazos, literalmente. Si alguna de las mafias estaba detrás de esto tenía que ser algo muy gordo, hay pocos "carniceros" estos días.

Essien, Joseph Francis Essien. Un don nadie, no estaba fichado y tras investigar su vida durante tres semanas, un don nadie sin relación alguna con ninguna banda, grupo, secta, etc. Entonces tenemos a un carnicero. La víctima sólo paseaba; La víctima tenía una relación con su verdugo; La víctima era más de lo que aún sabemos. Tres hipótesis acerca de la víctima y una sola sobre su verdugo, es un carnicero. No tenemos nada, ni huellas, ni fibras, ni bichos como en aquella serie del forense que puede malgastar el tiempo de todo un equipo forense en un solo caso por capítulo. Nada de nada, en el escenario del crimen sólo había sangre, vísceras, vómitos, cagadas y más mierda. La víctima no parecía tener relaciones peligrosas, ni problemas económicos más graves que el resto de la gente que se muere de asco en esta jodida ciudad. Todo apunta a que es un pobre desgraciado que se encontró con la muerte más brutal.

Si el carnicero no vuelve a matar no podemos esclarecer un patrón. Si queremos atrapar a ese salvaje, tiene que volver a matar. No basta con investigar a todos los carniceros de una ciudad con más de 10 millones de habitantes, todo el mundo con un palmo de terraza o jardín tiene una puta barbacoa y cuchillos "Jinsu" que cortan latas y ruedas de coches; Esto no es la puta televisión, no podemos tener a 20 agentes con este caso, aquí mueren miles de personas al año en circunstancias espantosas. Si el carnicero no vuelve a matar no podemos hacer nada. Si fue un caso de ... yo que se, rabia desenfrenada de una persona despedida de su trabajo, recién divorciado, lo que coño sea que pueda empujar a uno a pillar al primer imbécil que encuentra en la calle y dejarle hecho un cristo estilo chop-suei, si no vuelve a matar, es como si no hubiese pasado salvo para los familiares y amigos.

Así que aquí estoy, cagándome en todo en esta asfixiante oficinucha de mierda intentando hacer este jodido infierno un lugar más soportable. Aunque sin éxito.

Carnicero ... sal a matar, una vez más.