martes, 8 de septiembre de 2009

El robo


Ahora mismo un mar tranquilo, sereno, turquesa, pasea por mi cabeza. Una antigua almadraba y un silencio interrumpido sólo por la brisa. Es lo único que oigo, un susurro de viento. Ella gira la cabeza y me habla y sonríe, pero esto es una película muda, a color pero muda, como en super ocho. Tiene los ojos entrecerrados por el sol que se refleja en su piel dorada de verano. Su nariz se arruga al sonreír, como todas supongo, pero a mi me parece especial, es una arruga felina. Lleva un biquini azul que esconde entre sus rodillas de forma púdica. Se que a veces siente timidez cuando está conmigo.
El sol brilla en mi habitación, sobre mi brazo, acariciándome, comprensivo, él también estaba allí. Yo debo estar filmando, porque el recuerdo se mueve y yo no tengo pulso, hasta casi se me cae la cámara. El viento agita su cabello en una caricia mientras ella mira al infinito y su cara se ensombrece un poco, preocupada. Enfoco hacia el mar que baila lentamente con los dedos de nuestros pies. La arena se desliza jugueteando sobre éstos. Me hace cosquillas y los retiro un momento. Respiro fuerte, inundando mis pulmones de aire y mi cabeza de recuerdos; pienso en otra mujer.
Ramas rotas, troncos, traídos por las olas, estancos ahora en la playa tras un largo tiempo siendo piratas. Es triste. Adoramos esqueletos de las criaturas del mar, pechinas, conchas. Imagino una playa llena de restos humanos. Ella me mira extrañada. Sonrío. Me da la espalda. Sigo pensando en otra mujer y estoy muy lejos de la playa. Estoy en una habitación, oscura, entra la luz desde algún punto del techo. Besos en la espalda. Un escalofrío, la cámara tiembla frente a un espejo y veo al cámara. No soy yo.
Vuelvo a la playa. Estamos recogiendo, nos vamos. Ella no es feliz. Da igual, yo tampoco. De pronto la escucho, tiene la voz muy suave, dulce. No entiendo lo que dice y no sonrío como un tonto, pongo mala cara. No estoy seguro de ser yo quien filma esto. Intranquilo, camino hacia el coche para ver quién está detrás de la cámara enfocando al retrovisor. Soy yo. Mierda, soy yo.

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