lunes, 19 de noviembre de 2007

Adiós si no ponéis remedio


El día que murieron los sueños, deseos y todas las criaturas de nuestro universo fantástico no era ni un día gris, ni llovía, ni nada especial; El día que suicidamos al niño que hay dentro de nosotros era un día normal y corriente. No busquéis imágenes de tristeza como si intentaseis recrear un funeral digno para vuestro espíritu, el día en que matasteis vuestra libertad ni os disteis cuenta. No escuchasteis llorar a los colores, ni a las guindas de los pasteles y lo más importante, no oísteis como todos los bebés del planeta rogaban a las pocas hadas que quedan que se los llevaran antes de que sea demasiado tarde y el mundo los convierta en "señoras y señores".


Sólo tenéis una opción, gritad bien fuerte -¡Yo si creo en las hadas!-, si lo hacéis lo suficientemente fuerte y de corazón aún podréis salvar al niño que tenéis dentro, si no, entonces tengo razón yo y estáis muertos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

no, los sueños no pueden morir, y a las hadas las necesitamos, si no, donde quedan las ilusiones??.

no dejes que pase. un amigo.

F dijo...

un amigo es un amigo, una petición de un amigo no es una súplica, es una orden; Siempre que un amigo quiera algo de mi... lo tendrá sin más. Quien tiene un amigo tiene un tesoro, tiene amor.

Marc Gil dijo...

F,

T'he afegit en els links del meu blog. Una mica de blogroll, no?

Jo, com que mai he sabut escriure ni tinc vena poètica, he de buscar algú que compensi aquesta part. Acceptes el repte?

Salutacions des de Galway ;)