domingo, 23 de noviembre de 2008

Despertares


Desperté flotando en un lago. Todas las estrellas del universo posaban sus miradas sobre mi. No hacía frío, todo estaba en perfecta calma. Intenté moverme, no podía, estaba rendido al momento, al placer de una tranquilidad con la que jamás había soñado. Una pequeña corriente de agua helada recorrió mis mejillas, estaba llorando -¿Felicidad, tristeza?- No lo se. Todos mis sentidos empezaron a actuar como si nunca antes hubiese sentido nada; Estaba naciendo otra vez. Aspiré una gran bocanada de aire fresco y mis pulmones se expandieron levitando mi torso por encima del agua para volver a caer suavemente como una pluma. Mis dedos empezaron a juguetear con el agua con la curiosidad y diversión de un niño.

El mundo empezó a girar a mayor velocidad, como un travelling circular en una película, y la danza de las estrellas en el cielo formó un espiral de luz.

Desperté con el molesto dolor en los ojos que provoca una luz encendida sobre la cara. -¡Dios!- ¿Donde estoy?-. El despertar blanquecino me provocó un dolor de cabeza punzante e inmediato. Me incorporé sobre mis codos mirando alrededor. Un hospital. Un tío con bata y sonrisa asquerosamente de anuncio apareció delante de mi cara moviendo los labios. No podía oírle y el tío aún mantenía la sonrisa esa de los cojones. -Agua, tengo sed-. Todo me dolía y tenía la boca, no pastosa, arenisca, como si me hubiese bebido un desierto. El tipo me dio una palmada en la espalda, aún no podía oírle con nitidez pero supongo que debió soltar algo como -¿Cómo se encuentra?- y tal, lo típico ¿No?. Una enfermera me trajo un vaso de agua y con una dulce sonrisa logró que me incorporará del todo para tomar el vaso mientras mis ojos perseguían su escote.- Gracias- De nada-.

Sufrí un "terrible accidente" con el alcohol y pastillas y había pasado 3 años en coma. -¡¿Tres años en coma?! ¡Y una mierda!-. Yo recorrí el mundo esos tres años, tenía miles de recuerdos nitidísimos. Estuve en una isla desierta e hice un amigo al que llamé Viernes, di la vuelta al mundo en 80 días, viajé a la Luna, fui un gigante en una tierra extraña, salvé al mundo en muchísimas ocasiones. ¡Y una mierda en coma!

Estaban matando mi vida. Me dijeron que esas historias eran cuentos y novelas clásicas, incluso me trajeron libros de esas aventuras. Los días que pasé en aquella habitación acabaron por destruir mi vida. Todo había sido falso. Yo sólo era Yo, nadie. Al salir tampoco se me abrió un universo de oportunidades y aventuras. No recordaba a qué me dedicaba, no recordé mi casa al entrar, ni a mi familia, ni amigos. Nada. De noche sólo soñaba con el lago, la Luna, las estrellas, las sensaciones y el escote de la enfermera de mi despertar.

Ahora mismo estoy sentado en mi salón. Me he bebido una botella de whisky y hay un surtido de deliciosas pastillas frente a mi. Voy a volver a soñar, no, a vivir en mi lago, mi Luna, mis estrellas y, quien sabe, quizá me acompañe esa preciosa enfermera.

1 comentario:

Anthya D dijo...

Ya...la proxima vez me avisas...que viajo contigo...;)... me encanto...